5/2/09

De Perro a Amo, de Amo a Maestro

Hace unos días vi en el reportaje de un programa dominical, el ritual de bienvenida a los “perros” de la Escuela de Sub-Oficiales de la Policía en Chímbote, un ejemplo de bullying en educación superior.

Como ciudadano y educador considero que un maestro de policías tiene la función y obligación de entrenar a su grupo de policías en formación en: estrategia, justicia, autocontrol, liderazgo, respeto, prevención del delito, inteligencia, amor a sí mismo, honor, servicio, esto que vi el no se qué tanto contribuye con dicho aprendizaje.

En época de guerra, no creo que en condición de prisioneros sean sometidos a rampear en basura o les obliguen a tragar tierra, no podemos negar que en esos momentos quienes pasen a dicha condición sean maltratados, pero, para poder sobrellevar dichas torturas -imagino- se realizará un proceso de preparación física y psicológica, de “vacunación” contra el estrés asociado a dicha experiencia, esa preparación también imagino se dará durante el paso de los años, no como parte de su ceremonia de bienvenida. Esto que se difundió sólo fue una expresión de la deplorable situación de la vocación docente de algunos maestros en el Perú, quieralo o no estos tipos al mando son docentes, docentes que permiten que un alumno superior abuse de uno menor, amparados en la tradición y la diversión.

Por el lado de los perros, esta experiencia afianza la idea de que el abuso es normal, relativiza el sentido de respeto a sí mismo, y por el lado de los “amos”, refuerza la sensación de poder, de dominio, de gozo en el abuso, incrementa la desensibilización (pérdidad de sensibilidad) por el dolor del otro, esta última es la emoción base o requisito para dañar a otros con facilidad o menos escrúpulo.

Hay investigaciones que sostienen que los juegos de video violentos no instigan a las personas a ser más agresivas, pero, sí las hacen menos sensibles a los sentimientos de los otros, los hacen menos empáticos, imaginemos el impacto de este tipo de actos en los “amos” y la calidad de relación que establecen con las personas dentro de su institución y fuera con la comunidad, por ejemplo Ud. o yo.

Este año, quienes fueron “perros” serán “amos” de otros “perros”.

En estos sucesos, considero que tanto “perros” como “amos”, ambos fueron víctimas de algo peor: de un maestro que enseñó mal su lección.