17/7/10

¿Cómo ayudar a mis alumnos que no atienden en clase?

Aquí les listo algunas sugerencias que se pueden utilizar desde el rol como maestro para ayudar a los estudiantes con dificultades atencionales, su uso puede ayudar significativamente el aprendizaje de ellos

1. De las instrucciones de una en una, éstas deben ser concretas, cortas y en un lenguaje positivo. Con el objetivo de facilitar el cumplimiento de las instrucciones por parte del alumno será necesario, en primer lugar, que se establezca contacto ocular o proximidad física con é, asegurando así su atención, y en segundo lugar, pídale de vez en cuando y privadamente que las repita, para asegurarse de que ha captado la información, no de por hecho que la ha captado. Esta sugerencia puede ayudar con todo el aula, incluso con aquellos que no tienen dificultades atencionales.

2. Explique a todos el vocabulario empleado en las instrucciones de los ejercicios o fichas, eso implica verificar si tiene claros los conceptos previos.

3. Asegúrese de que su alumno dispone de todo el material necesario para realizar la tarea y así evitar que se levante o se disperse.

4. Acuerde con el adolescente una clave gestual para cuando necesite llamarle la atención. Si interrumpe mucho ofrézcale la norma por escrito o a través de un dibujo en un lugar visible para él (“para intervenir es necesario estar en silencio, bien sentado en la mesa y con la mano levantada”) ó pacte con él señales silenciosas como recordatorio (tocar, mirar, hacer un guiño) y mantenerse a menudo cerca de él.

5. Incentive el subrayado.

6. Divida la presentación de tareas en pequeñas partes y pídalas en cortos espacios de tiempo. Eso le ayudará a que se marque objetivos concretos y cortos.

7. Promueva las actividades visuales y dinámicas en la metodología de clase. Identificar el estilo de aprendizaje del alumno, si es un aprendiz visual le será útil practicar el uso de esquemas y resúmenes previa a las evaluaciones, si es auditivo las conversaciones acerca de los temas son un interesante medio y si es kinestésico les será funcional el hacer cosas o experimentar con la información para aprender.

8. Intente prever momentos clave en que sabe que pierde fácilmente la atención: los momentos de transición de una clase a otra, tareas en aula poco planificadas, introducción a un tema nuevo, recordar algo que ya se hizo, momentos sin actividad, etc.

9. Si está llevando terapia, pactar previamente con el adolescente señales de recordatorio para aplicar las técnicas de autocontrol o relajación, cuando observemos que es necesario ejecutarlas, el maestro puede ofrecerse para funcionar como un radar. Una de las características de las dificultades atencionales es que imposibilita la capacidad para ser consciente del propio descontrol.


10. Revise con frecuencia sus tareas, establecer comunicación con los padres para la supervisión por ambas partes.

11. Animar a utilizar la agenda de forma sistemática, supervisarle y felicitarle por su uso.

12. Asegurarse de que dedica un tiempo al estudio, al repaso diario y a organizar sus apuntes y tareas diarias en casa, en muchos casos los papás no están en casa y hay poca o ninguna supervisión, tenga la garantía que quien le ayuda en casa no le está dando demasiadas ayudas para hacer sus tareas, que enfatice más en enseñarle estrategias más que darle respuestas.

13. Una estrategia escolar para el manejo de la desconcentración en la resolución de tareas en clase consiste en: Parar, Mirar alrededor, Qué tengo que hacer, Cómo lo haré, Me concentro, Lo hago, auto-reforzamiento o Repaso desde el punto de fracaso. Ser guía de sí mismo es uno de los desafíos de los alumnos con dificultades atencionales. Dele el modelo a todo el aula y hágala ejercitarse. En gran medida las dificultades atencionales obedecen a una dificultad para hablarse a sí mismo y darse instrucciones para alejar los distractores y persistir en una tarea no obstante el tedio, es preciso ayudarle a saber qué es lo que va a hacer antes de iniciar algo, a pensar en las consecuencias (qué ocurriría si ...), guiarse a sí mismo, pensar en cómo puede corregirse a sí mismo cuando va haciendo las cosas (tengo que ir más lento, cálmate ...), y de auto-elogio (¡lo estoy haciendo “bacán”!).

14. Es preciso vigilar la ingesta de alimentos ricos en azúcar tanto en la lonchera como los que compra en el kiosko; el azúcar, la comida chatarra o el exceso de calorías provee de una energía adicional que en un alumno con dificultades atencionales no lo predispone a mantenerse tranquilo.

9/7/10

Las Vuvuzelas y el poder del lenguaje positivo

Este Mundial se recordará por las sorpresas, pero también por el sonido de las vuvuzelas, una especie de trompetas que usaban los hinchas sudafricanos para alentar a su equipo, y que cuyo uso se ha generalizado en gran parte de la hinchada.

A veces como un zumbido de abejas, a veces como un coro de elefantes, todo ello para influir positivamente en su equipo, para motivarlos a emprender la batalla como abejas o como elefantes, organizados y enérgicos, con un solo objetivo y bajo una misma estrategia.

Los deseos positivos tienen un poder inmenso sobre quienes los reciben. De alguna manera programan sus mentes y los predisponen al éxito. El lenguaje tiene un gran poder: el poder de invitar al cambio.

En esta corta nota, quiero reflexionar acerca de cómo venimos usando nuestra vuvuzela en los diálogos con nuestros hijos, dicho de otra manera, cómo venimos usando nuestro lenguaje, este delicado instrumento, para alentarlos al cambio.

Los padres tenemos una influencia intransferible sobre nuestros hijos. Según un estudio que llegó hace unas semanas a mis manos, hemos vuelto a ser los principales referentes de nuestros hijos (hinchas y directores técnicos) aún por encima de los amigos. Nuestro lenguaje y nuestra forma de actuar son los medios privilegiados para comunicar y moldear una visión del mundo, pero también, moldean la visión de sí mismos que tienen nuestros hijos. Luego, desde ese molde valoran y juzgan al mundo y, también, a sí mismos.Si nuestros hijos experimentan con frecuencia la motivación positiva de nuestras palabras, éstas les sirven de modelo para expresar más fácilmente el afecto y aliento a otros a través de las propias, así como a hablarse positivamente a sí mismos, y en esos momentos difíciles, a través de su propio lenguaje alentador y optimista, a sobreponerse a las adversidades.

Las palabras expresadas en sentido positivo, imprimen una energía especial y permiten acceder a una lectura o percepción diferente de las cosas, usualmente más intensa y estimulante, como el mapa de la búsqueda del tesoro en vez de un mapa de secretos mortales que evitar.

Aquí pongo algunos ejemplos, que tienen las limitaciones del lenguaje escrito, pero que con las inflexiones emotivas de su voz podrían invitar a sentir y a hacer diferente. Intentemos probar un uso diferente de nuestro lenguaje en situaciones en las que acostumbramos usar un lenguaje atemorizante, desalentador o sarcástico. Evitemos el uso de la palabra “no” (que suele tener un efecto boomerang) al inicio de nuestros diálogos:

“La siguiente vez no salgas jalado” cambiarla por “La próxima vez seguro que tus notas mejorarán”

“No sé cómo lo lograste” por “Eso es lo que yo esperaba de ti”

“No te equivoques” por “Yo sé que lo harás”

“Es bien raro que hagas eso, ¿qué te pasó?” por “¡Qué sorpresa tan buena me diste!”

“No deseo que te pase nada malo” por “Quiero para ti lo mejor”

“No demores” por “Sé puntual”

“No estuvo mal lo que hiciste” por “Me siento orgulloso de ti”

“No te quedes callado” por “Dile lo que piensas”

“No noto avances rápidos” por “Cada día eres mejor”

“No sé si creerte esta vez” por “Creo en lo que me estás diciendo y sé que lo lograrás”

“Nunca cambias” por “Intenta una vez más. Estoy seguro de que te saldrá mejor esta vez”

“¿No entiendes, caramba?” por “Ven y te explico”

“Cállate y no llores” por “Ven, cálmate, respira y explícame lo que deseas”

“No te distraigas ni canses” por “Mantente atento a cada detalle y participa”

Vuvuzela significa en lenguaje zulú “baño de sonido”, ¿qué tanto nuestro lenguaje es un baño de sonidos y mensajes alentadores para nuestros hijos?. Intentemos probar el uso de un lenguaje positivo en algún momento en que nos hayamos acostumbrado a no hacerlo y observemos el efecto que tiene este cambio.