17/11/08

Data versus El Klingon en Star Trek

Expresar mis emociones con libertad no significa trasformarme en el Klingol (personaje dominado por sus emociones violentas) de Star Trek, y por el contrario conocer lo que siento y controlarlo no significa transformarme en Data de la misma serie (androide incapaz de entender un chiste o leer entre líneas las palabras de las personas, pero, increiblemente inteligente). Ambos personajes ejemplifican formas extremas de vivenciar la dimensión emocional humana, de formas de conectarse con la riqueza de los sentimientos.

Lo real es que, es posible no pueda controlar el momento en que mis sentimientos aparezcan, pero, que sí puedo controlar el tiempo que permanecerán conmigo, evitando la furia, la angustia, la depresión, el aburrimiento o el tedio. A eso se llama autocontrol.


Una de las formas de no alentar el autocontrol en la escuela es, evitando o limitando que los chicos o las chicas expresen sus emociones, argumentando que es inapropiado por su sexo o que constituye falta de respeto, o no estimularlos hablar responsablemente acerca de lo que sienten, cuando uno habla de lo que siente, tiene mayor control sobre sus emociones, porque finalmente al verbalizarlo, se lo está diciendo así mismo, y eso permite un manejo o entendimiento diferente de lo que sucede.

Otra forma de no alentar el autocontrol es permitir que los chicos responsabilicen a otros de sus emociones. A ello lo llamamos el “Síndrome Ranma y ½”, personaje de anime japonés, que al mojarse cambia de sexo, y al mojarse con agua de otra temperatura, vuelve a su estado original.

Con esto quiero referirme a que para muchos la percepción del control de la vida es externo, está fuera de ellos.

Frases como: ”tú me haces sentir mal”, “no soporto a este compañero, me hace sentir un tonto”, “la profesora se la ha agarrado conmigo”, “él tiene la culpa, porque me provocó”, son frases comunes en este síndrome, pues todo lo que le pasa a uno es responsabilidad o culpa del resto.

Lo cierto es que cada uno genera sus emociones, de acuerdo a como percibe el entorno. Por otro lado, es útil dejar que los jóvenes asuman responsabilidades. Estas les permite ganar control sobre su cuerpo, esforzarse para vencer su fatiga, controlar sus pensamientos pesimistas, que les pide abandonar o tolerar las críticas sin explotar. Eso sí le ayudará para el futuro y no tendrá que olvidarlo.

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