23/10/08

Nuevos desafíos para las escuelas

Una forma de determinar el crecimiento de un país es su PBI, y nuestro país ha obtenido una tasa sistemática de crecimiento de 6% en los últimos años. Y se prevé que para el 2008 será de 8%. Sin embargo, según el índice Gini de desigualdad social, nuestro país se halla entre las 11 sociedades más desiguales del mundo, alcanzando un 52.5, esto quiere decir que el 20% más rico del país recibe el 51% de los ingresos nacionales, mientras que el 20% más pobre recibe apenas el 4.4%, los países que nos rodean están en una situación similar, en general en América Latina la desigualdad del ingreso es más elevada que en África. América Latina es ejemplo de crecimiento sin desarrollo. Pero ¿Qué problemáticas plantea este panorama? La pobreza es un gran problema, pero el problema mayor es que en medio de ella se pierde la esperanza, como menciona el economista Kumar Saha: Si la gente más pobre de la sociedad pierde la esperanza de tener una vida decente, no tiene ya nada que perder, y esa percepción es el espacio perfecto para el comercio de drogas, el crimen organizado, así como, la violencia y el abuso en todas sus formas. El problema no puede ser solo entendido policialmente, es principalmente social.

Si, la escuela es el lugar donde se aprenden los primeros pasos de la ciudadanía, que deja huellas que se expresan en nuestra forma de pensar, accionar, y en nuestros planteamientos ideológicos y religiosos. Si existe un impacto tan grande de la escuela en la vida de las personas, ¿Cuáles son los desafíos para nuestras escuelas en el contexto de desigualdad y pérdida de la esperanza mencionado? ¿Cuáles son los retos para los profesionales desde los contextos educativos?.

Es indispensable repensar el tipo de educación que estamos brindando en nuestras escuelas y el tipo de contribución que estamos brindando. Pues en general hay un serio cuestionamiento a la educación en todos los niveles, según Foro Educativo en la Encuesta Nacional de Educación del 2006, la población en general le coloca 11.9 de calificación a la educación en el país. Los alumnos egresan con vacíos acerca del mundo, dificultando su adaptación.

Por su parte la Evaluación Nacional 2004 arrojó que en Porcentaje de estudiantes que logran los aprendizajes esperados en el grado evaluado en cuanto a comprensión de textos en 5to de secundaria es de 9.8% y en matemáticas 2.9%, la situación en primaria no es muy diferente. No es extraño que los maestros sientan que sus esfuerzos no obtienen los resultados deseados.

Fullan y Hargraves mencionan que la escuela se está convirtiendo en un lugar no interesante para los alumnos y tampoco para los docentes, mencionando entre otros factores para ello: la sobrecarga de la tarea de los agentes educativos (docentes, psicólogos y coordinadores), con demandas mayores en el aspecto tutorial o consejería dada la variación en las características del alumnado (pues su contacto con el mundo a través de los diversos medios tecnológicos modifica sus estilos y prácticas), eso desafía a los educadores y orientadores en su capacidad de manejo disciplinario, aumentando su estrés.

Claudia Lombardo sugiere que debemos ubicar a la educación como una alternativa frente a la pérdida de la esperanza, y que no hay posibilidad de una educación trasformadora si no se siente un deseo y no se advierte una posibilidad real de cambio social, no hay educación liberadora si no pensamos que hay algo de lo que debemos liberarnos , y ello es todo aquello que pone freno al desarrollo personal y colectivo.

Cuál puede ser el aporte de la educadores para la construcción de una alternativa educativa frente a la pérdida de la esperanza.

No podemos negar que el contexto y la coyuntura actual atentan contra nuestra misión y labor, porque vemos que el proyecto dominante en nuestra sociedad, está dirigida hacia la dinámica del desarrollo y las desigualdades respectivas.

El sistema educativo forma parte un sistema social, y como tal también puede, lamentablemente, ser fuente de desigualdades.

Las escuelas pueden ser espacios donde se validen las prácticas del sistema social imperante, pero, también pueden ser espacios para la crítica, y construir propuestas y alternativas trasformadoras.

Repensar los objetivos del proyecto educativo es importante, ¿Qué imagen de hombre tienen los lineamientos de los colegios de donde Uds. proceden, cuál es el perfil de estudiante al que aspiran?, nuestros proyectos educativos no son neutros, corren el peligro de amoldarse al mundo actual y sus reglas.

¿Existen posibilidades de proyectos educativos humanistas en una realidad basada en una economía de mercado?

Karl Polanyi critica a la economía de mercado por su capacidad desintegradora de la esencia humana de la sociedad. En este modelo el modelo de hombre es el homo economicus, cuya esencia es el individualismo. La naturaleza del homo economicus será la búsqueda de su interés individual centrada en la posesión de bienes materiales en competencia con el resto de los individuos. Surge así un individuo egoísta que se mueve por las determinaciones internas del deseo, que debe vencer cualquier límite que se oponga a su consecución. Para la perspectiva individualista, la libertad humana consiste en actuar de acuerdo con esa naturaleza egoísta, como sostiene Schopenhauer, su único fin natural es la adquisición ilimitada o indeterminada de bienes por satisfacer un deseo también ilimitado. Es poseedor de un “gen comercial”.

Nuestros proyectos educativos peligrosamente pueden confundirse con las propuestas del proyecto del mercado, y formar promociones de egresados de homo economicus.

¿Qué aspiración utópica de hombre deseamos de nuestros alumnos?. Ello se traduce en el perfil del alumno expresado en el proyecto educativo.

Los proyectos educativos jamás son neutrales siempre proyectan una posición, un modelo de hombre.

He tratado de esbozar algunos desafíos para los educadores, a su vez planteo algunas ideas de cómo se podría intervenir en algunas de ellas, en aras de hacer de nuestras escuelas lugares para promover una educación trasformadora.

En el aspecto organizativo

Un primer desafío a considerar es reflexionar acerca del sentido de nuestras propuestas pedagógicas, ¿Están éstas orientadas a la adaptación individual al mercado o constituyen pedagogías para la trasformación social?.

La escuela no sólo debe formar para la comprensión y la producción de conocimientos, sino que deben también formar para la construcción de concepciones del mundo más amplias que fomenten el desarrollo personal y colectivo, así como nuevas formas de convivencia.

Un segundo desafío es contribuir al plan estratégico de la escuela (objetivos, tareas, tiempos, cronogramas, responsables, indicadores de logro, etc. orientados a alcanzar la visión de la organización educativa), si deseamos que las utopías planteadas en el proyecto educativo se hagan realidad debe haber gente trabajando para ello, en especial aquellos que son especialistas del comportamiento y del aprendizaje, organizados con una clara conciencia del horizonte más amplio de la escuela: brindar una formación de calidad sustentada en el amor.

Con los alumnos:

Un tercer desafío es promover las ganas por aprender en la escuela secundaria, lo cual debe resolverse desde la concepción del proyecto educativo y no sólo desde la tecnología. La desmotivación es uno de los factores comunes en la secundaria.

Un cuarto desafío, es formar en primaria los principios básicos para la convivencia, el valor de ser ciudadano, el respeto, y el desarrollo de todas las potencialidades de los alumnos, hay que reconocer que en esta etapa se consolidan las maneras de pensar y de hacer. Fomentar la relaciones positivas en el aula a través de la alfabetización emocional y social, es importante contar con medidas que nos permitan conocer cómo se da la dinámica de relaciones entre los alumnos en el en el aula, pero, desde el punto de vista de los alumnos. Para poder monitorear la cohesión y el nivel de conflicto al interior. Pues en gran medida los chicos aprenden en la relaciones con los pares en esta etapa, lo que pueden esperar de las personas, pero también, lo que le pueden hacer a las personas.

Un quinto desafío es el tema vinculado con las habilidades para aprender y estudiar, los hábitos de trabajo, el valor del esfuerzo, de planificación y de proyección hacia el futuro, enseñándoles a trabajar con otros, en equipo.

Un sexto tema es el de la disciplina, pero, se requiere de una disciplina que promueva la responsabilidad sobre el comportamiento y las consecuencias de este. Que permita la redención del joven, el rescate humano del joven. Ello implica que se tenga bien en claro el perfil del alumno y las conductas esperadas, así como las conductas que le llamaría por debajo de la línea y muy por debajo de la línea, en ese sentido las sanciones o actividades de reaprendizaje deben estar relacionadas con la falta, deben ser respetuosas, razonables, producto de un reconocimiento de la falta, que lo reconcilie con aquellos que han sido afectados por su conducta, y que lo focalicen en la restauración de las relaciones y no en los sentimientos de culpa. Ese es el sentido del Proyecto FIX I PLAN. En un programa común de sanciones, éstas son dadas por el adulto, están estandarizadas, el proceso es rápido y el adulto piensa más, por el contrario en este programa, el plan es confeccionado por el alumno, no hay consecuencias estandarizadas, el proceso no es rápido y el alumno piensa más.

Con los padres de familia

Un sétimo desafío es la generación de espacio de reflexión sobre las diversas problemáticas evolutivas de los chicos (el adolescente en la familia, el adulto nuevo en la familia, las decisiones vocacionales, la valorización del hogar), que involucren a todos los que tienen alguna ingerencia en las decisiones que vayan a afectar al joven, incluyendo de hecho al principal protagonista de ello, el joven mismo. Esto se puede dar en un formato de jornadas padres e hijos. Incluir a los jóvenes a trabajar en lo temas que los afecta directamente, los compromete. Cuando van creciendo, sienten que si no son incluidos, sus padres podrían estar coludiéndose con el psicólogo o los maestros en algún plan contra él. En este formato el psicólogo o maestro pierde su rol de erudito y cada familia construye alternativas funcionales para sí.

Un octavo desafío es la fidelización del padre de familia a los fines del proyecto educativo. Si el padre no recibe información en los diálogos con los maestros y el psicólogo, acerca de lo qué se espera de su comportamiento en respaldo de los fines del colegio, dichas descoordinaciones se proyectarán en una desconfianza del estudiante respecto del colegio, al padre le será difícil entender el punto de vista del colegio y eventualmente podría desacreditar a la escuela y sus procedimientos.

Con los maestros

Un noveno desafío es el contribuir a la clarificación de un perfil de competencias del maestro que proyecte un discurso crítico y esperanzador en sus alumnos, con capacidad de comunicación, autocontrolado, sensible, líder y con disposición para servir a sus alumnos. Así como contribuir para que el maestro pueda alcanzar el perfil deseado.

Un décimo desafío para el psicólogo educativo es promover la capacitación docente en las diversos principios y estrategias para su desenvolvimiento de las situaciones que se dan en la interacción con el alumno, y así prevenir problemas de conducta en el aula, y evitar la derivación innecesaria. Derivar en situaciones de indisciplina le hace perder jerarquía y autoridad al maestro. hay que ayudar al maestro a jerarquizarse con justicia y afecto dentro del marco de la interacción con sus alumnos dentro del aula

Otro desafíos que no serán muy lejanos podrían ser los temas de tanto contenido emocional como:

* Educación para la construcción de la identidad
* Educación para la iniciativa
* Educación para el optimismo, la esperanza y la superación, sabiendo que este último tópico es muy difícil de capacitar de adulto, la escuela y la familia son los lugares privilegiados para ello.

Trabajar en una escuela es trabajar para interrumpir la profecía del fracaso de nuestros chicos, más de la mitad de nuestros chicos tienen dificultades que podrían colocarlos en esa condición, nuestra misión y trabajo debe orientarse a hacer que esta profecía no se cumpla.

Una maestra que cambio mucho mi vida, Carmela Díaz, me contó una historia que refleja muy bien el sentido de lo que quieor decir sobre los nuevos desafíos para las escuelas:

Un hombre golpeaba fuertemente una roca, con rostro duro, transpirado. alguien le pregunto:

-¿Cuál es su trabajo?
-¿No lo ve? picapedrero - y agrego con pesadumbre, estoy en prisión y me obligan a hacer esto, ¿Le parece que puedo estar contento?

un segundo hombre golpeaba fuertemente una roca, con rostro duro transpirado, alguien le pregunto:
-¿Cuál es su trabajo?
-¿No lo ve? picapedrero, y agrego con pesadumbre "Mi abuelo rompía piedras, mi padre lo mismo, yo no puedo defraudar a mi familia. ¿le parece que puedo estar contento con mi actividad?

un tercer hombre golpeaba fuertemente una roca, transpirado con rostro alegre, distendido. alguien le pregunto:
-¿Cuál es su trabajo?
-"¡Estoy construyendo una catedral donde la gente vendrá a orar, a reconciliarse, a ser bendecida, a ser perdonada, a ser consolada!"

Solo viendo el sentido trascendente de nuestra labor vamos a poder promover una educación trasformadora en las escuelas. Nosotros sí podemos marcar diferencia en la vida de nuestros estudiantes.

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